El zinc es un mineral con efecto antioxidante y regerativo. Neutraliza los radicales libres, protege las células de la piel y participa en el crecimiento del cabello y las uñas. Es esencial para los sistemas cognitivo y nervioso y contribuye a su correcto funcionamiento. Desempeña un papel en la síntesis del ADN.
Mantiene la integridad de proteínas asociadas al ADN y enzimas relacionadas con la síntesis proteica, razón por la cual tiene una acción fundamental en el crecimiento corporal y de aquellos tejidos de rápido crecimiento (cabello, piel). Se ha observado un crecimiento lineal en niños suplementados con zinc cuyas concentraciones plasmáticas antes del tratamiento eran deficientes.
Es útil para aumentar el sistema inmunológico, para el tratamiento del resfrío común e infecciones recurrentes de oídos y para la prevención de infecciones agudas del tracto respiratorio inferior. El zinc favorece el tratamiento de afecciones a la piel como psoriasis, eczema y acné.