Debido a su alto contenido en antioxidantes, las semillas de uva ayudan a proteger contra el estrés oxidativo y la inflamación.
Los probióticos contribuyen a la salud gastrointestinal y favorecen el crecimiento de una flora intestinal sana, al tiempo que inhiben las bacterias intestinales nocivas.
Las vitaminas del grupo B, participan en la producción de sustancias vitales que favorecen el correcto funcionamiento del cerebro y el sistema nervioso.
El organismo utiliza el calcio para la integridad funcional de nervios y músculos. Junto con el magnesio, participan en la contracción y relajación muscular. Desempeñan un papel esencial en el correcto mantenimiento de la mineralización ósea.